En los primeros meses de 2025, el entorno financiero español ha sido testigo de un fenómeno llamativo: una recuperación del crédito al consumo que no se veía desde la crisis de 2008. Los consumidores y las entidades bancarias parecen haber encontrado un nuevo punto de equilibrio, donde la confianza y la prudencia se compatibilizan para impulsar el gasto en bienes duraderos y experiencias de ocio.
Tras años de ajustes y cautela en el acceso al crédito, los datos más recientes revelan un dinamismo renovado. Este artículo ofrece un análisis profundo de las cifras, factores y perspectivas que subrayan una recuperación más rápida que la de empresas y un escenario internacional que acompaña el repunte en España.
En enero y febrero de 2025, la financiación al consumo alcanzó cifras nunca vistas en un segundo mes desde hace más de diecisiete años. Solo en febrero se concedieron 3.588 millones de euros, un aumento del 12,5 % respecto al mismo mes del año anterior. El saldo vivo de préstamos a plazos rebasó los 100.000 millones, cerrando febrero en 104.531 millones de euros, niveles inéditos desde la crisis.
El incremento interanual global del crédito al consumo fue del 14 %, superando ampliamente las expectativas del mercado. En conjunto, los dos primeros meses sumaron 6.894 millones de euros, un comportamiento sostenido que contrasta con la cautela que se observaba tras la pandemia.
Durante todo 2024, se superó el umbral pre-COVID con más de 38.643 millones de euros concedidos, acercándose a los 36.230 millones de 2019. Este avance pone de manifiesto un retorno a cifras pre-pandemia en un plazo relativamente breve y consolida el consumo como motor clave para la recuperación económica.
La tendencia no es exclusiva de España. En Estados Unidos, el crédito al consumo aumentó en marzo de 2025 en 10.170 millones de dólares, recortando la caída del mes anterior. El crecimiento anualizado del primer trimestre fue del 1,5 %, impulsado por un repunte del 2,3 % en el crédito rotativo (tarjetas) y un 1,2 % en el no rotativo (préstamos para autos y estudiantes).
En México, el crédito al consumo pasó a representar el 24 % del total entre 2019 y 2024 y cerró 2024 un 17,9 % por encima de los niveles de 2019. Su aporte al crecimiento real de la cartera total de crédito fue de 2,9 puntos porcentuales, el mayor de todos los segmentos.
Argentina también muestra un repunte significativo: el crédito bancario alcanzó el 69,7 % del PIB en 2025, su nivel más alto desde 2018. Este avance refleja una recuperación en siete años que supera con creces el 48,7 % registrado en 2023.
Las razones detrás de este crecimiento son múltiples y abarcan desde la búsqueda de liquidez hasta el deseo de disfrutar de experiencias tras los años de restricciones. Una encuesta reciente reveló que el 34,8 % de los españoles planea solicitar un crédito en 2025, frente al 14,2 % en 2020, marcando el mayor repunte en cinco años.
Los motivos más citados son:
La estabilización de los tipos de interés y la creciente confianza de los hogares han permitido que muchas familias accedan a productos financieros con condiciones más atractivas. Además, las entidades han flexibilizado requisitos tras superar la etapa más incierta de la pandemia.
Aunque el panorama es alentador, existen riesgos que deben considerarse. La concentración del endeudamiento en consumo puede elevar la morosidad si los hogares se ven afectados por subidas de precios o cambios en la economía global.
Los expertos advierten sobre el riesgo de concentración de endeudamiento y recomiendan mantener un ratio de deuda sostenible con respecto a los ingresos. Asimismo, la evolución de la inflación y el posible endurecimiento de la política monetaria podrían frenar la expansión del crédito.
No obstante, las perspectivas a medio plazo apuntan a una continuidad del crecimiento moderado. La demanda de financiación para consumo no esencial, como viajes y ocio, sigue en alza, y la digitalización de procesos facilita la contratación de préstamos de forma ágil y segura.
Para aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado de crédito al consumo sin poner en riesgo la estabilidad financiera personal, conviene seguir estas recomendaciones:
La recuperación del crédito al consumo en 2025 representa una oportunidad para dinamizar la economía y mejorar la calidad de vida de los hogares. Sin embargo, exige confianza para financiar consumo no esencial acompañada de responsabilidad y planificación.
Con una mirada equilibrada y un uso consciente de las herramientas financieras, el repunte del crédito puede convertirse en un motor de progreso personal y social. Ahora más que nunca, consumidores y bancos deben trabajar juntos para consolidar un modelo de crecimiento sostenible y beneficioso para todos.
Referencias