El análisis del primer trimestre de 2025 revela una radiografía compleja del panorama económico español, con sectores pujantes junto a áreas en pausa. Las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadística y estimaciones de organismos como AIReF muestran que, pese a cierto enfriamiento, España mantiene el liderazgo en la zona euro.
El Producto Interior Bruto de España registró un avance del 0,6% en el primer trimestre respecto al trimestre anterior, frente al 0,7% del último trimestre de 2024. En términos interanuales, el crecimiento se sitúa en el 2,8%, el menor desde el inicio de 2024.
La demanda nacional contribuyó con 0,5 puntos al crecimiento trimestral y 3,2 puntos en el interanual, mientras que el sector exterior restó 0,4 puntos debido a la desaceleración de las exportaciones de bienes. Pese a estas cifras más moderadas, España supera la media europea del 0,4% y confirma su posición como líder en la zona euro.
El empleo y la actividad también reflejan un pulso vigoroso: las horas trabajadas aumentaron un 2,1% interanual y el empleo en equivalente a tiempo completo creció un 2,9%, por encima del 2,2% del trimestre anterior.
La evolución del PIB no es homogénea. Las estimaciones de AIReF destacan a Illes Balears como la región más dinámica con un crecimiento interanual del 3,7%, seguida por Murcia (3,1%). Canarias, Cataluña y Madrid completan el grupo de cabeza, respaldado por impulsos similares.
En estas regiones, el turismo y exportaciones de servicios han sido motores clave. El consumo privado, potenciado por el buen tono del mercado laboral, refuerza la demanda interna. En cambio, las zonas del norte y regiones como Extremadura muestran un ritmo más lento ante el menor peso del sector servicios y la presión de políticas fiscales más restrictivas.
La DANA que afectó en primavera a la Comunidad Valenciana y otras zonas tuvo un impacto menor del previsto, pero pone de manifiesto la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos. Este factor se une a un entorno internacional plagado de riesgos.
Entre los principales retos destacan:
Andalucía podría crecer un 3,0% en 2025, impulsada por el turismo extranjero y la recuperación de la demanda interna. No obstante, la región enfrenta desafíos como el encarecimiento de los costes laborales y cuellos de botella en la inversión en vivienda.
Las autoridades regionales y agentes económicos coinciden en la necesidad de coordinar estrategias que fomenten la eficiencia productiva y atraigan capital, tanto nacional como internacional.
Hacia 2026, se espera una nueva desaceleración debido a la moderación del turismo y la contención del gasto público. Sin embargo, la evolución de los tipos de interés y la demanda de vivienda nueva podrían dar un respiro a regiones como Madrid, Cantabria, Navarra, País Vasco y la Comunidad Valenciana.
Para mantener la competitividad y reducir las brechas territoriales, es fundamental impulsar:
Solo mediante una visión integrada que combine estabilidad macroeconómica, reformas estructurales y políticas de cohesión territorial se logrará un crecimiento equilibrado y sostenible para todo el territorio español.
Referencias