La economía mexicana dio un paso firme en mayo de 2025 al registrar un superávit de 1,029 millones de dólares en su balanza comercial, marcando el segundo mes seguido de números positivos. Tras varias etapas de déficit, esta tendencia señala no solo una recuperación, sino también la consolidación de un comercio exterior más robusto y diversificado.
Detrás de estas cifras hay un escenario global complejo pero lleno de oportunidades. La coordinación entre el sector público y privado, el nearshoring y la recuperación de la demanda externa han sido claves para impulsar las exportaciones mexicanas, mientras que la menor dependencia de las ventas petroleras refuerza la solidez del intercambio comercial.
El mes de mayo cerró con un superávit de 1,029 millones de dólares, revirtiendo el déficit de 88 millones registrado en abril. Este resultado consolida una tendencia de alza iniciada en diciembre de 2024, cuando México alcanzó un superávit histórico de 2,567 millones.
En el acumulado de enero a mayo de 2025, el saldo positivo ascendió a 2,038 millones de dólares, en marcado contraste con el déficit de 4,461 millones observado en el mismo lapso del año anterior. Estos datos evidencian un cambio de rumbo significativo y una mayor estabilidad en los flujos comerciales.
En mayo de 2025, las exportaciones mexicanas sumaron 55,476 millones de dólares, una ligera contracción del 0.4% interanual. Sin embargo, en el periodo enero-mayo, el total exportado creció 3.4%, alcanzando 259,025 millones de dólares.
La diversificación del sector manufacturero ha sido crucial: las exportaciones no petroleras escalaron un 4.9%, mientras que las petroleras cayeron 23.8%. Este cambio refleja un viraje hacia la producción de bienes de mayor valor agregado, especialmente para el mercado estadounidense.
Varios elementos convergen para explicar este desempeño favorable. En primer lugar, la recuperación de la economía de Estados Unidos impulsa la demanda de bienes manufacturados mexicanos, desde la industria automotriz hasta los componentes electrónicos.
El fenómeno del nearshoring, o relocalización de cadenas productivas, ha beneficiado a empresas que buscan reducir tiempos y costos logísticos. Empresas globales han instalado nuevas plantas en México, aprovechando la cercanía geográfica y los acuerdos comerciales vigentes.
Asimismo, la agroindustria ha mostrado dinamismo, con exportaciones de frutas, verduras y productos procesados alcanzando récords. Esta diversificación señala una fortaleza estructural más allá del petróleo, lo que mejora la resistencia de la balanza ante choques externos.
El superávit comercial no es un dato aislado: repercute directamente en la estabilidad macroeconómica y en la confianza de inversionistas. Un saldo positivo reduce la presión sobre el tipo de cambio y fortalece las reservas internacionales del Banco de México.
Además, el aumento de exportaciones genera empleo en sectores clave. Las plantas manufactureras y los puertos requieren mano de obra calificada, lo que se traduce en oportunidades de empleo bien remunerado en regiones estratégicas.
Este segundo mes consecutivo de superávit marca un contraste con la primera mitad de 2024, cuando el déficit acumulado alcanzó niveles inéditos. La reversión de esa tendencia demuestra la capacidad de adaptación del tejido productivo y de las políticas públicas orientadas al comercio exterior.
Analistas de organismos como el INEGI y el Banco de México estiman que, de mantenerse esta tendencia, la balanza comercial cerrará 2025 con un saldo positivo cercano a los 8,000 millones de dólares. Estos pronósticos, aunque optimistas, se sustentan en la fortaleza de la manufactura y la diversificación hacia nuevos mercados.
Sin embargo, persisten retos: la volatilidad de los precios energéticos, las fluctuaciones en la demanda global y las tensiones geopolíticas pueden influir en el desempeño futuro. Por ello, mantener una estrategia de innovación y valor agregado será clave para sostener la racha positiva.
En definitiva, el superávit comercial por segundo mes consecutivo subraya el renacer de la economía exportadora mexicana. Detrás de los números, hay cientos de miles de trabajadores, empresarios y autoridades que, con esfuerzo y visión de largo plazo, están construyendo un futuro de mayor prosperidad y estabilidad para el país.
Referencias