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La inversión en infraestructura impulsa la demanda interna

La inversión en infraestructura impulsa la demanda interna

19/06/2025
Giovanni Medeiros
La inversión en infraestructura impulsa la demanda interna

La infraestructura es mucho más que cemento y acero. Es la columna vertebral que sostiene el desarrollo, la productividad y la cohesión de un país. En este artículo analizamos cómo la inversión en infraestructura básica se convierte en un motor fundamental para fortalecer la demanda interna y fomentar el crecimiento sostenible.

Relación conceptual entre infraestructura y crecimiento

La infraestructura actúa a través de múltiples vías. En el corto plazo, el gasto público en carreteras, energía o telecomunicaciones incrementa la demanda agregada a nivel local gracias a la contratación de materiales, maquinaria y mano de obra. Pero su influencia no se agota allí.

A mediano y largo plazo, los proyectos de infraestructura reducen costos logísticos, mejoran servicios y facilitan el acceso a nuevos mercados y territorios. De esta forma, la productividad a mediano y largo plazo se eleva y se profundiza el impacto sobre la actividad económica.

Canales de impacto sobre la demanda interna

Los efectos de la inversión en infraestructura sobre la economía doméstica pueden agruparse en tres canales principales:

  • Efecto directo: El gasto público en proyectos genera empleo en la construcción y la operación, estimulando el consumo en materiales y servicios locales.
  • Efecto multiplicador: La mejora en vías de transporte y energía reduce tiempos y costos para las empresas, incentiva la inversión privada y amplía el consumo interno.
  • Efectos sociales indirectos: El acceso a agua potable, saneamiento y telecomunicaciones mejora la calidad de vida, lo que se traduce en un mayor dinamismo del mercado interno.

Estos canales interactúan y refuerzan mutuamente sus beneficios, creando un círculo virtuoso que potencia la demanda interna y la competitividad de las economías.

Números, cifras y ejemplos relevantes

En México, la formación bruta de capital fijo público representó entre 2.50% y 2.54% del PIB entre 2020 y 2022. Aunque esta proporción puede parecer moderada, su aporte al crecimiento es significativo cuando se canaliza adecuadamente.

El Fondo Monetario Internacional ha señalado que si los países con margen fiscal aumentaran su inversión en infraestructura en 0.5% del PIB en 2021 y un punto porcentual en 2022, el impacto global sería notable, gracias a los encadenamientos comerciales y los efectos secundarios internacionales.

En Colombia, estudios muestran que la elasticidad producto de la infraestructura alcanza 0.585, casi el doble de la del capital empresarial (0.329), lo que evidencia el poder de la infraestructura para impulsar la demanda interna.

La inversión contracíclica y de reactivación

En épocas de desaceleración económica, la inversión en infraestructura se convierte en un elemento clave de reactivación. Cuando existen recursos ociosos y tasas de interés bajas, el multiplicador del gasto público alcanza su máxima eficiencia, sin generar presiones inflacionarias adversas.

Proyectos de construcción permiten aprovechar la capacidad instalada, generar empleo y revitalizar la demanda interna, sentando bases sólidas para la recuperación y la competitividad a largo plazo.

Tipos de infraestructura y su impacto específico

No todas las infraestructuras tienen el mismo efecto. Podemos distinguir al menos cuatro categorías fundamentales:

  • Vial: carreteras, puentes y ferrocarriles que conectan regiones y facilitan el transporte de bienes y personas.
  • Energética: redes de generación y distribución eléctrica, fundamentales para la industria y el comercio.
  • Digital: fibra óptica, antenas y centros de datos que habilitan la economía del conocimiento.
  • Social: agua potable, saneamiento y servicios básicos que elevan la calidad de vida y el consumo interno.

Cada tipo de infraestructura aporta beneficios únicos, pero su integración es la que potencia su verdadero alcance.

Factores institucionales y financiación

La eficacia de la inversión depende en gran medida de la calidad de las instituciones y la regulación. La transparencia en la gestión pública y la planeación estratégica son determinantes para maximizar el retorno social y económico de los recursos invertidos.

En cuanto a la financiación, las asociaciones público-privadas surgen como una alternativa para ampliar los recursos disponibles, siempre que se aseguren condiciones equitativas y asociaciones público-privadas eficaces y transparentes.

Sostenibilidad y desarrollo inclusivo

La infraestructura sostenible, alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, no solo impulsa la demanda interna, sino que también garantiza un equilibrio entre crecimiento económico, cuidado ambiental y equidad social.

Proyectos integrales de movilidad urbana, energía renovable y gestión del agua pueden transformar comunidades y estimular un consumo responsable y duradero.

Conclusiones y recomendaciones prácticas

La evidencia es contundente: la inversión en infraestructura no solo reactiva economías, sino que fortalece las bases productivas y mejora la calidad de vida. Para maximizar su impacto, se recomienda:

  • Planificar estratégicamente proyectos priorizados por su rentabilidad social y económica.
  • Fortalecer la capacidad institucional y la regulación para una ejecución eficiente.
  • Combinar recursos públicos y privados bajo esquemas transparentes.
  • Orientar la infraestructura hacia objetivos de sostenibilidad e inclusión.

De esta manera, los países pueden impulsar una demanda interna sólida, dinamizar sus economías y construir un futuro más próspero y equitativo para sus ciudadanos.

Giovanni Medeiros

Sobre el Autor: Giovanni Medeiros

Giovanni Medeiros