En 2025 nos adentramos en una etapa donde los signos de desempeño no apuntan a un auge desmedido, sino a una moderación económica global para 2025. Las principales instituciones financieras internacionales coinciden en que el crecimiento continuará, pero lo hará con cautela, consolidando lo ganado y preparando el terreno para futuros desafíos.
Los informes del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial revelan un panorama mixto. Mientras algunos países avanzan con paso firme, otros ajustan sus expectativas. Para Estados Unidos, el FMI proyecta un crecimiento del 1,8% en 2025, una cifra que representa crecimiento estable y sostenido, aunque inferior a lecturas previas.
China, por su parte, moderará su ritmo a un 4% de expansión, reflejando un proceso de reequilibrio interno. América Latina, con una previsión de entre 2,5% y 2,7%, muestra su resiliencia a pesar de los choques externos y la volatilidad global.
En el caso de Colombia, el Banco de la República estima un crecimiento del 2,6% para 2025, muy cercano al promedio regional. El primer trimestre ya superó algunas expectativas, pero se mantiene alerta ante un entorno externo más desafiante y riesgos geopolíticos que podrían alterar este curso.
Estos números no sugieren una desaceleración drástica, sino una transición prudente hacia ritmos más acordes con los desafíos globales actuales.
La inflación en Colombia cerró 2024 en 5,2% y, según el mercado, se ubicará entre 3,86% y 4,4% al finalizar 2025, muy cerca del rango meta del Banco de la República (2%-4%). Este descenso se ha logrado gracias a la reducción de tasas de interés y el control en los precios internacionales de commodities.
No obstante, factores como el ajuste anual de salarios —con un alza de 11% incluido el subsidio de transporte— y la volatilidad en el dólar y el petróleo podrían tensar nuevamente los precios. Los sectores regulados, como energía y gas, estarán bajo observación constante para evitar presiones adicionales.
A pesar de la moderación, existen elementos que siguen impulsando la dinámica económica nacional:
Frente a ello, los riesgos persisten: tensiones comerciales, incertidumbre política global y choques fiscales podrían minar la confianza si no se gestionan adecuadamente.
La creación de empleo ha mostrado signos de fortaleza en 2025, lo cual es fundamental para sostener el consumo privado. Con un gasto estatal acotado por limitaciones fiscales, el consumidor colombiano ganará relevancia en la recuperación económica.
Una mejora en los ingresos por trabajo y el constante flujo de remesas pueden impulsar la demanda de bienes y servicios. Sin embargo, el alza en precios regulados pondrá a prueba la capacidad adquisitiva de los hogares.
Los bancos centrales enfrentan el reto de mantener la inflación bajo control sin ahogar el crecimiento. La actual política de tasas de interés moderadas busca equilibrar el estímulo a la inversión con la estabilidad de precios.
En el ámbito fiscal, los gobiernos deben ejercer una disciplina estricta en el gasto público. Un margen de maniobra limitado por restricciones obliga a priorizar proyectos de alto retorno social y a revisar exenciones tributarias que ya no aportan al bienestar colectivo.
La etapa de moderación no implica renunciar al crecimiento, sino adaptarse a un entorno de oportunidades mesuradas. Para los hogares, esto significa:
Las empresas, por su parte, deben enfocarse en la diversificación de mercados y la eficiencia operativa. Ajustar inventarios con base en la demanda real y adoptar tecnología para optimizar costos son estrategias clave.
Para el sector público, la oportunidad radica en consolidar la estabilidad macroeconómica a través de una gestión fiscal responsable y un diálogo constructivo con el sector privado y la sociedad civil.
El análisis de indicadores líderes anticipa moderación, pero también abre la puerta a un ciclo más resistente. Este es el momento ideal para reforzar la diversificación de portafolios y ahorro y poner en marcha una gestión proactiva de riesgos financieros. Juntos, hogares, empresas y gobiernos pueden convertir la prudencia en el mejor activo para el futuro.
Referencias