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El ciclo económico entra en fase de desaceleración ordenada

El ciclo económico entra en fase de desaceleración ordenada

07/09/2025
Matheus Moraes
El ciclo económico entra en fase de desaceleración ordenada

La economía mundial está atravesando un periodo de desaceleración ordenada que, aunque marcada por cifras moderadas de crecimiento, presenta oportunidades para la innovación y la resiliencia. Comprender sus causas y prepararse con antelación puede marcar la diferencia entre avanzar o quedar rezagados.

Entendiendo el contexto global

Para 2025, los organismos internacionales coinciden en que el crecimiento global se situará entre el 2,7% y el 2,9%, la cifra más baja desde la pandemia de COVID-19. Este enfriamiento responde a la menor demanda interna en EE. UU. y China, que juntas representan casi la mitad del PIB mundial.

La combinación de presiones inflacionarias moderadas, tipos de interés elevados y ajustes fiscales más restrictivos ha ralentizado la actividad. Sin embargo, la misma cautela monetaria abre la puerta a oportunidades para aquellos que diseñen estrategias adaptativas y proactivas.

Factores clave detrás de la desaceleración

Diversos elementos interactúan para frenar el crecimiento global.

  • Tensiones comerciales y geopolíticas prolongadas: las medidas arancelarias entre grandes potencias elevan la incertidumbre.
  • Ajustes en la política monetaria y fiscal: los bancos centrales ponderan tipos altos y gasto público elevado.
  • Desafíos estructurales en economías clave: envejecimiento demográfico y crisis sectoriales lastran el impulso.

Proyecciones y cifras esenciales

Para 2025, los organismos internacionales estiman un crecimiento global cercano al 2,8%. Aunque no se anticipa una recesión generalizada, la expansión más lenta desde la pandemia plantea retos inéditos.

Implicaciones para América Latina y México

En el caso de América Latina, se espera un crecimiento moderado con un impulso gradual hacia niveles previos a la pandemia. México, más expuesto a la variación de las tarifas arancelarias y al ciclo estadounidense, podría registrar contracciones en 2025.

Aunque el sector primario sostiene parcialmente la actividad, la industria y los servicios muestran signos de debilidad. La consolidación fiscal y un entorno comercial más estable pueden crear oportunidades de nearshoring duraderas.

Estrategias y recomendaciones prácticas

  • Monitorear de forma constante la evolución de las políticas arancelarias y comerciales que afectan los costos de importación y exportación.
  • Fortalecer la gestión de liquidez y reservas de efectivo para afrontar posibles choques de demanda.
  • Invertir en tecnologías de automatización y eficiencia energética para reducir costes operativos a largo plazo.
  • Fomentar alianzas estratégicas y diversificación de mercados para mitigar riesgos de concentración geográfica.
  • Implementar modelos de negocio flexibles que permitan ajustar producción y servicios según variaciones de la demanda.
  • Colaborar con autoridades en la definición de incentivos que promuevan la inversión en infraestructura.

Hacia una recuperación sostenible

Para que la recuperación sea sólida y duradera, es imprescindible equilibrar medidas de estímulo fiscal con disciplina financiera. Una estrategia coordinada entre gobiernos y empresas, basada en transparencia y proyección a largo plazo, genera confianza en los inversores.

La transición hacia economías más verdes y resilientes, junto con el impulso de la innovación tecnológica, se erige como uno de los pilares fundamentales para acelerar el crecimiento antes de finales de la década.

En definitiva, aunque 2025 presente un panorama de crecimiento moderado, existen múltiples herramientas y vías para navegar este ciclo con éxito. Adoptar un enfoque proactivo, adaptarse a las condiciones cambiantes y promover la colaboración público-privada son claves para salir fortalecidos de esta fase y sentar las bases de un desarrollo sostenido.

Matheus Moraes

Sobre el Autor: Matheus Moraes

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